domingo, 26 de junio de 2016

OCHO RAZONES PARA OPONERNOS AL “MATRIMONIO GAY”

(O PERSONAS DEL MISMO SEXO)
OCHO RAZONES PARA OPONERNOS AL “MATRIMONIO GAY”
Escrito por Andy Comiskey
Director International del Ministerio Restauración “Aguas Vivas”
Traducido y adaptado por Mauricio Montión
Director del Ministerio Restauración “Aguas Vivas Argentina”
(www.restauracion.org.ar)
1. El “matrimonio gay” redefine radicalmente el significado de matrimonio
Se podría decir que el matrimonio es el cimiento más fundamental e importante de la sociedad civilizada. Por miles de años, la sociedad ha hecho del matrimonio el único contexto en el cual la atracción entre un hombre y una mujer crece para llegar a ser una unidad duradera y exclusiva que crea y protege a los niños. El matrimonio siempre ha sido definido por la complementariedad de género, o unidad de género dentro de la diferencia, como así también ha sido definido por el compromiso o promesa de permanencia y fidelidad. El “matrimonio Gay” altera brutalmente esa definición y los valores que la subyacen. Decir que la definición de una manzana debe incluir los atributos de una naranja, cambia el significado de manzana. Deja de ser lo que era. De la misma manera, el “matrimonio gay” cambia el significado de matrimonio como siempre lo ha entendido la sociedad civilizada. Un hombre sabio dijo una vez que ‘la corrupción de una sociedad comienza cuando se deja de llamar las cosas por su nombre’. Rehúso atribuirle el matrimonio a uniones homosexuales basándome en el significado original y verdadero del matrimonio. Es por eso que utilizo comillas para referirme al término equivocado “matrimonio gay”. Te animo a que hagas lo mismo.
2. El “matrimonio gay” devalúa las diferencias de género en las relaciones humanas.
El “matrimonio gay” se basa en la premisa de que el género ya no importa más en las relaciones sexuales. Por ejemplo, en las partidas de matrimonio del estado de California, EEUU, donde estas uniones son posibles, se ha reemplazado el lenguaje de “Esposo y Esposa” por “Compañero 1 y Compañero 2”. El “matrimonio gay” elimina el eje central del matrimonio: la manera como un género provoca y equilibra al género opuesto, creando así (además de los hijos) una entereza emocional, espiritual y sexual. En vez de eso, el “matrimonio gay” redefine esta entereza sexual como la libertad de desear y esposar a quien uno quiera, sin importar el género. Esto socava la lógica interna de un hombre para una mujer y de una mujer para un hombre, y convierte la libertad de esa lógica algo opcional para todos.
3. El “matrimonio gay” devalúa la monogamia.
El “matrimonio gay” altera el significado de fidelidad. Los hombres homosexuales en particular tienden a tolerar múltiples compañeros sexuales en un compromiso con un compañero. Un certificado de matrimonio no podrá revertir esa tendencia hacia la infidelidad. El Profesor titular de la cátedra de Sicología de la Universidad Northwestern, y uno de los investigadores más importantes en el tema de la homosexualidad, el Dr. J. Michael Baily arguye que “dejando de lado las leyes y las políticas maritales, los hombres homosexuales siempre tendrán más compañeros homosexuales que los hombres heterosexuales. Aquellos que están casados serán menos monógamos”.
4. El “matrimonio gay” se basa en un entendimiento falso de la homosexualidad.
La decisión del estado de California de legalizar los “matrimonios gay” se basó en un fallo de un tribunal de 1948 (Perez vs. Sharp) de derribar una prohibición estatal de matrimonios interraciales. Eso significa que el tribunal equipara la etnicidad con la homosexualidad. Esto es un razonamiento defectuoso. A diferencia de la etnicidad, la homosexualidad no se basa ni en los genes ni tampoco es inmutable. La atracción homosexual es un cordón de tres dobleces: la naturaleza, la crianza y la cultura, todo entrelazado por las decisiones morales propias. El hecho es que muchos han decidido cambiar su homosexualidad y encontrar paz y propósito en relaciones heterosexuales íntegras. (Para leer testimonios, por favor visitar: www.restauracion.org.ar) Los que apoyan al “matrimonio gay” rehúsan esa verdad e insisten que la homosexualidad es un destino, lo que es un entendimiento falso.
5. El “matrimonio gay” convierte a sus oponentes en racistas.
Basándonos en la razón 4, aquellos que se oponen al “matrimonio gay” son considerados intolerantes. El “matrimonio gay” valida como normal y buena la condición compleja y problemática de la atracción homosexual; todos los que eligen ver a esa atracción como un problema, no un derecho de nacimiento, sufrirán la misma vergüenza social y aun las consecuencias legales que los racistas acarrean.
6. El “matrimonio gay” anima e incrementa el comportamiento homosexual.
En los últimos 50 años, el comportamiento homosexual ha aumentado debido al apoyo de los medios masivos de comunicación, nuestra cultura de divorcio, la pornografía, la promiscuidad, y la creciente independencia económica y emocional de las mujeres de los hombres.
El validar el “matrimonio gay” animará aun más a que los hombres y mujeres exploren uniones homosexuales. La vergüenza social solía inhibir la experimentación homosexual; el “matrimonio gay” desecha la última restricción y aumenta el comportamiento sexual en nuestra sociedad. Entre 1995 y el 2005, las uniones lésbicas en los EEUU aumentaron 7 veces, y las uniones homosexuales masculinas se duplicaron.
7. El “matrimonio gay” abre la puerta a otros tipos de ‘matrimonio’.
Al cambiar el significado del matrimonio para incluir la infidelidad y la igualdad de género, el “matrimonio gay” establece un precedente para otros tipos de uniones, como el incesto y la poligamia. Los casos que involucran la poligamia ahora invocan los mismos precedentes legales que los que apoyan los derechos homosexuales. Lo que parecía impensable hace 10 años en Argentina es ahora la posible ley de “matrimonios gay”. Nos estremecemos hasta quedar sensibilizados, luego dejamos de estremecernos porque quedamos insensibles.
8. El “matrimonio gay” desata una pesadilla jurídica mundial.
El “matrimonio gay” saturará los tribunales con una miríada de demandas. Las parejas homosexuales ya están exigiendo derechos maritales dondequiera que se establecen, sin importar las leyes actuales de ese estado o nación. Sin mencionar los cientos de casos sólo en los EEUU acerca de cientos de problemas apabullantes, como el divorcio gay o la tenencia de descendientes inseminados artificialmente.
Las profundas necesidades y la fragilidad de alma que está en el centro de las uniones entre personas del mismo sexo causarán batallas jurídicas agotadoras y enredadas: todo enmarcado en un sistema ya asediado como el argentino que no tiene precedentes para tratar el desbarajuste que el “matrimonio gay” puede llegar a crear.

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