miércoles, 7 de mayo de 2008

Carta a los siervos del Señor Jesucristo

Amados siervos y siervas del Dios Todopoderoso y Soberano, en el nombre de Jesucristo único Salvador, Salud y paz.

Dado los acontecimientos últimos acaecidos en nuestra nación, os invito a reflexionar y poner toda vuestra fe al pedir por nuestra tierra, recordemos que cuando el pueblo de Israel dejo de poner los ojos en su Dios, el deterioro como país se vino irremediablemente, no así cuando Jonás predicó en Nínive, al conocer la sentencia justa, esta nación se arrepintió, pero al parecer, nuestro pueblo no ha conocido el plan de Justicia que el Señor a dictaminado a favor de nuestro país;

1.- Debemos humillarnos y reconocer nuestros pecados, como nación.
2.- Orar a Dios pidiendo perdón.
3.- Buscar continuamente a Dios.
4.- Disponer nuestro corazón para entender obediencia.

¿No os resulta extraño que tengamos acontecimientos naturales desastrosos unos tras otros?, terremotos en el norte, aludes, sequía, volcanes en erupción, tierra improductiva, sobreprecios en los productos de primera necesidad, ¿que hayamos aceptado las explicaciones racionales a cada una de ellas?, ¿qué nos conformemos amparados en la frase “son los últimos tiempos”?, ¿Dónde esta la intercesión?, ¿Dónde la misericordia hacia los débiles?, ¿Cómo hemos dejado minar nuestra casa?, ¿no nos pidió el maestro que velásemos?

Amados ministros y líderes, yo creo en un Dios que ama la rectitud de corazón, que me enseña por su palabra, que muchas más son sus misericordias, que esta atento a las palabras de sus hijos, que otorga lo que le pidamos en el nombre de su hijo, ser luz para estos tiempos es mas que predicar, es mas que saber exhortar la palabra, es mas que reunir grupos de ayuda solidaria, es mas que llenar los templos, es mas que juntar ropa o alimentos.

Queridos siervos y siervas, recordad que se nos juzgará por socorrer al hambriento, por dar agua al sediento, por visitar al enfermo, por ir a la cárcel, por cubrir la necesidad de la viuda y el huérfano, mas también por lo que no hicimos, yo me pregunto ¿Cuáles son las cosas superiores que Cristo señaló que haríamos en su nombre?, ¿Dónde está la actitud de valientes que desafían las tempestades?, hasta hace pocos años, un hermano o hermana pedía al Señor, aún el pan del día siguiente, o un par de zapatos, y esperaba respuesta de Dios y nuestro padre lo daba, ahora si no tenemos, usamos la tarjeta de crédito, aún para nuestras ofrendas especiales recurrimos a lo que es de uso corriente en el mundo; creemos en la capacidad económica que tenemos, dejando de lado el obrar de la fe, a muchos contemporáneos nuestros les gustaría tener poder de hacer descender fuego, se imaginan amados ¿cuantos andaríamos chamuscados?, ¿por que no mejor practicar lo que hemos aprendido por años? Hagamos lo que nos corresponda, seamos sal en este tiempo, seamos luz ahora, vivamos como si hoy fuese el día de nuestra partida, ¿no os gustaría saber cuando será vuestro llamado al cielo?, si lo supiéramos, ¿no haríamos todo lo que nos falte?, quizás pediríamos un poco de tiempo para llevarlo a cabo, pero ni aún así terminaríamos lo que se espera que hagamos.

Hoy es nuestro tiempo, no cerremos los ojos a la misericordia explosiva del Espíritu Santo, tenemos conocimiento, tenemos iglesias llenas, tenemos institutos evangélicos y teológicos, tenemos hogares y escuelas, tenemos ministros con capacitación y preparación, tenemos lugares donde reunirnos libremente, tenemos radio y televisión, tenemos educación cristiana…, pero no tenemos poder.

Hijitos, no os conforméis a este siglo, renovaos en la sangre preciosa, volveos al primer amor, buscad las sendas antiguas, volveos a Jehová nuestro Dios y el se volverá a nosotros, digamos como Daniel “ De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado”, seamos consecuentes con lo que decimos representar, si realmente queremos una mejor nación, si de verdad amamos a nuestro prójimo, si es cierto “que somos real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios”, mostremos las virtudes de aquel que nos sacó de las tinieblas a esta luz admirable. No olvidemos que la nación que teme a Jehová esta será prosperada, corramos a la fuente, busquemos el río con aguas salutíferas, que nace del trono de Dios, dejemos que ese torrente inunde nuestros corazones y seamos de verdad hacedores de la palabra.

Queridos soldados del Rey de reyes y Señor de Señores, no os olvidéis que hemos sido contratados por un denario, no olvidéis que nuestra recompensa está más allá del sol, no olvidéis que somos olivo silvestre plantados contra naturaleza, no olvidéis que hay una gran nube de testigos alrededor de nosotros, somos mas que los profetas antiguos, somos deudores de la sangre preciosa, somos Noé de esta nación, somos Job de esta generación, somos Daniel para este tiempo….

“ Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza. ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi Señor? Por que al instante me faltó la fuerza y no me quedó aliento. Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez y me fortaleció, y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas y dije: hable mi señor, por que me has fortalecido.”

Es pues mi deseo de paz para vosotros y para vuestras familias, de grandeza para vuestras iglesias y que disfrutéis de la unción del Espíritu Santo, leed estas líneas a vuestros jóvenes y líderes para fortalecimiento de vuestra fe, hasta nuestro pronto rescate…

Que Dios les bendiga hoy

Salvo por gracia y amor de Jesucristo

Rodolfo Fuentealba A.
rfaimpresos@hotmail.com

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